Querido,
Te voy a contar algo, de esas cosas que pasan por mi cabeza como una realidad alterna y que no le he dicho nunca a nadie. ¿Alguna vez viste
Jamás Besada, esa escena en la que ella escribe en el periódico su historia y dice que está esperando un beso, su primer beso, si él lograba perdonarla?
Hace un año te fuiste.
Fue una relación rápida y no necesariamente fácil. Pero fue contigo que me di cuenta qué quería en mi vida. Y cuando ya no estabas, te extrañé más que a nadie en mi corta (y tonta) vida.
En realidad, este blog nació por tí. Cuando terminamos, decidí mudarme de servidor, desde el otro portal hacia éste. Fue en parte, una manera de intentar desprenderme de eso que no había sido.
Tú y yo nos conocimos cuando me leíste y quisiste conocerme. Lo intentaste una y otra vez, y al principio yo no quería, porque tenía mil razones para no querer hacerlo. Pero un día te dije sí y ahí empezó esta historia.
Yo estaba en una relación seria la primera vez que nos vimos. La verdad, lo reconozco, me dio miedo verte. Desde esa vez me gustaste por un montón de razones, pero seguí con la otra persona.
El tiempo pasó. Yo terminé y decidí que no quería nada, con nadie. Pero volvi a dejarte entrar.
¿Te acuerdas que contigo comí por primera vez después de tres días de inanición? La verdad, por eso ya no como ese tipo de pizza, porque me deja sabor a recuerdos.
Te ganaste mi corazón. ¿Qué haces cuando alguien se gana, a pulso y con todas las reglas en la mano, tu cariño?
Yo sé lo que yo hice contigo: te alejé.
En parte, porque no sabía cómo decirte que te quedaras, en parte porque supongo que no estaba listo.
Y entonces, un día como hoy hace un año, decidiste que ya no.
También, es importante decir que no todo fue mi culpa. Tú también estabas inseguro y a pesar de todo lo que hiciste, no creo que estuvieras convencido de que yo era la persona adecuada para tí.
A los seis meses, exacto, volvimos a hablar. Esta vez te busqué yo, como en su momento tú me buscaste a mi. Pero lo único que encontré fue otra persona, otras circunstancias y otras razones diferentes a las que yo sabía, y es que lo que me dijiste quizá no necesariamente sucedió, pero si eso es lo que había en tu realidad no había más que yo pudiera hacer.
En todo ese tiempo, hubiera dado cualquier cosa por oir tu voz diciendo: aún te quiero.
Después vinieron otras cosas, cambió mi vida y me convertí en lo que hoy soy. También hubo alguien más, que merece un lugar especial en la vida de alguien, pero sé que no será en la mía.
De manera más o menos consciente, en este blog escribí mucho para mí pero también escribí muchas cosas para tí, en espera de que las leyeras y decidieras buscarme. Ahora, después de tanto tiempo me di cuenta de una cosa.
A diferencia de la vida de Jossie Geller, tu no llegarás al lugar donde yo te estuve esperando, ni tarde ni nunca, para darme un beso o decirme que todo estaba arreglado e ibamos a estar bien.
O lo que fuera, pues.
Pero está bien, a pesar de todo.