lunes, 17 de marzo de 2008

¿Quién quiere estudiar filosofía [sic] en la UNAM?

No, no lo pregunto yo, lo pregunta el señor Carlos Mota en su editorial de hace una semana.

No, el [sic] del título en este post no está de gratis. Dado que él está hablando de una licenciatura univesitaria, se escribe con mayúscula, entendida como Filosofía en su carácter científico; Filosofía como en nombre propio, por eso la mayúscula (escribir filosofía con minúscula es en referencia a una disciplina o en sustantivo).

No, la verdad del asunto es que yo paso de estudiar eso o estudiar ahí. Es más, incluso evito pasar por la Fac de Filos y Letras; de plano, cuando voy a la Biblioteca Central prefiero rodear por los jardines. Simplemente, no me gusta.

No, tampoco quiero entrar a trabajar a Cemex, Unilever o Nokia. Quizá sería muy agradable que me dieran teléfonos gratis, pero por el momento, me agrada mi elección de carrera. Es que yo estudié y me estoy formando como Profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. La otra facultad que según el asno que escribió esto, genera puros fracasados sociales como el Mosh o Lucía Morett.

No, no creo que se generen puros perdedores. Me precio de en su momento, haber estado rodeado de gente que hoy, sin pasar los veintiocho años se desempeña en diferentes puestos y son exitosos: académicos que son candidatos a Doctor, líderes de ONG, funcionarios públicos, asesores personales y en la empresa privada. Ahora, que en más de un alumno he visto las cualidades necesarias para triunfar, me queda claro que más de uno tiene capacidades extraordinarias.

No, no son todos. Cada generación es de aproximadamente 250 personas, claro que hay triunfos, claro que hay fracasos. Y tampoco la UNAM es puras maravillas, hay cosas horrendas: está la burocracia, la mala distribución del poco presupuesto, los pésimos extremos ideológicos, entre muchas otras cosas. Pero me alegra poder reconocer las partes buenas y las partes malas.

No, por más que este bruto lo imagine, no estamos en Estados Unidos y no voy a hacer una lista de todas las cosas que nos diferencian porque no voy a acabar nunca, pero para muestra, basta comparar los grados de paridad entre los ingresos y la brecha de desigualdad existente.

No, yo no adoctrino a mis alumnos en los salones donde tengo el privilegio de dar clases; todo lo contrario. Me burlo de ellos, a veces les grito y la mayor parte de las veces, intento enseñar algo -que lo logre o no es otra cosa-. Que aprendan algo, lo que sea: que en este mundo hay muchas clases de personas con las que tienen que lidiar, que sean creativos, que busquen la solución donde parece no haberla, que usen los recursos que tienen a su alcance, que hagan las cosas bien y que si además pueden completar su aprendizaje académico con cualquier otra cosa, tienen una ventaja sobre quien no ve más allá de sus narices. Eso no es adoctrinamiento, es demostrarles que pueden tener un pensamiento propio y que tienen el derecho de tenerlo o de disentir si así lo consideran.

No, me niego a confiar en la opinión de alguien que puede ser muy bueno para hacer negocios pero no sabe escribir. A parte del error en el título, la palabra "inserto" (ubicado en el penúltimo párrafo de la nota), según el contexto en él que la usa, no existe.

5 graznidos:

Eddie dijo...

Todos los extremos son malos, sin lugar a dudas, ya que no permiten ver de manera objetiva lo que sucede. Y pues sí, el señor mota cree que solo por ser un "gran" economista ya se comió al mundo, y todo lo que huela como "público" es una basura. Gracias por visitar mi blog ^^

IöRsh dijo...

jajajaja que onda mi conejillo sizne como el buen autor del artículo tan recomendable que acabas de compartir jajaja, en efecto el principal daño que ha traido el asunto de la banda implicada con las fark no vaya a ser que ahora se escriba asi, es que los medios de comunicación nacional están involucrando a la UNAM en ése asunto y tachando a los estudiantes como vil guerrilleros, pero bueno a palabras necias oidos zordos. (en onor al vuen zeñor mota)

Pável dijo...

Ay, no.

Ay sí.

Ay, me duele que me corté el cabello mal y me veo como un guiñapo triste y aspiracional.

Ay, ay, ay.

Hay.

Ahí, Madre.

Sí hay, y bien, diría Paco Stanley, que Dios lo tenga su Gloria (Trevi).

Pues sí, de todo hay en todos lados, para qué desgastarse mitificando o denostanto, si al final las escuelas y las instituciones en general, no son sino conglomerados de sujetos y sus acciones. En todos lados se cuecen habas, no faltará la escoria ni las lumbreras.

Estoy muy de acuerdo en que todo mundo hace lo que puede con los recursos que tiene a su alcance, así debe ser. Algunos no me perdonan haber desperdiciado mi IQ en la publicidad. Pero qué le vamos a hacer, siempre habrá quien vea la paja en el oclayo ajeno.

Me voy, me llama el gimnasio. Es hora de ir a poner firme uno de mis más promisorios recursos: el cuerpecito. Claro ¿o creían que viviría de mi cerebro? No Señor. Nos vemos, mientras voy al gym, contaré las calorías que habré de quemar al caminar. A lo mejor hasta me doy el lujo de ponerle aderezo ranch a mi ensalada.

astrid_gypsy dijo...

Leí el artículo la misma semana que salió y hoy googleando info del tema me encuentro con tu maravillo blog.
Ignorante es una palabra que se le queda corta a este hombre de apellido Mota, ehh?
De seguro el pobre no está enterado que en la misma Fac. de Filosofía y Letras hay otras licenciaturas menos prótagonicas pero quizá más productivas a la sociedad (i.e. Pedagogía).
Intentaré visitar a menudo este nuevo descubrimiento.

Berenice dijo...

Alguien puede publicar este post en un medio masivo o más bien en un medio en el que la gente lo lea, se lo voy a mandar a Loret de Mola para que lo lea en Primero Noticias. Me gustó (como siempre) lo que escribiste, definitivamente cada que leo algo así y cuando te escucho hablar en serio, me doy cuenta de porque le caes mal y porque te tiene miedo (si ese que te hizo regresar 3 veces a verlo).
En este momento se me ocurrió: ¿No será que le gustas y que quiere contigo? Por eso te hizo ir tantas veces.