martes, 18 de noviembre de 2008

Hace un año

Un árbol (noviembre 18, 2007)

Soy un árbol que creció de una semilla que dió un corazón. Me plantaron porque alguien tenía ganas, porque era diferente a lo que había habido, porque tenían curiosidad, porque quisieron.

Con ciertos cuidados, nací una planta que cuando nació no era más que algo muy pequeño y que no parecía ser nada, pero era de alguien que quería cuidarme y protegerme.

Y como planta crecí hasta ser un árbol. Con algunas ramas bajas y con otras altas, con algunas a las que les daba el sol y a otras que crecían en la sombra, con algunas que eran frondosas y otras casi desprovistas de hojas. Estaba orgulloso de mi mismo, a pesar que no siempre entedí de que clase era, porque era tantas cosas.

A veces alguien venía y se sentaba a mi sombra. Alguna ocasión alguien escribió sobre mi tronco un mensaje de amor. Protegí en una lluvia a alguien que necesitaba protección. Un día hubo una rotonda de celebración a mi alrededor. Pero casi siempre era sólo solo yo.

Un día, tuve frutos. Tampoco los reconocí como de una especie en concreto ni particular; la mayor parte de las veces eran dulces y otras pocas amargos. Curiosamente, me ayudó más a entender sobre mi naturaleza cuando daba uno que no era de un sabor tan agradable. Es que así era yo a veces.

Pero después me dí cuenta que no iba a poder nunca contra mi naturaleza. Porque nada era igual y porque uno no puede pretender sumar frutos redondos con frutos cuadrados y frutos azules con frutos rosas. Uno puede decir: "tengo tres frutos rosas y dos frutos azules y es uno redondo y los demás son cuadrados", pero no se puede: "tengo cinco frutas rosaazulesredondacuadradas".

Por eso decidí destruirme. Por eso arranqué todas mis hojas, por eso rompí mis ramas, por eso me reduje a astillas.

De mí, sólo quedó un corazón enterrado.


Esta entrada la escribí en mi blog viejo, hace un año. A la fecha, es de las cosas que he escrito que más me gustan.

5 graznidos:

Anónimo dijo...

Es bueno, me gusto mucho.

Nenbat dijo...

Astillas...

Martín Olvera dijo...

Pero las astillas hacen daño... qué triste.

Está magnífico ese texto. Yo lo adoro.

Anónimo dijo...

Elegiste uno de los seres más nobles, a la vez que imponentes, en la naturaleza, para tu analogía. Son refugio y guardián, testigos solemnes; realmente excepcional, te felicito. Un gran abrazo!

Karla dijo...

=(

CONEJITO EXIJO QUE DESPUES DE ESTE TEXTO POSTEES UN CHISTE PORQUE ME QUEDE COMO AUTISTA PIENSE Y PIENSE.........

BESOS TRONADOS!!