miércoles, 23 de noviembre de 2011

Capacidades diferentes

1. Ya viene el Teletón, ese monstruo que inunda México (auspiciado por Televisa) durante algunos días haciendo campaña para que el ciudadano común aporte su dinero a una fundación que promete ayuda al desarrollo de niños con capacidades diferentes.

2. Nací con un problema en la columna vertebral. El nombre científico no me lo sé pero entiendo que es una especie de escoliosis que deforma mi espalda y no me permite hacer todo con normalidad. Físicamente tengo ciertas secuelas: uno de mis hombros está mas elevado que el otro, mi pecho sobresale más de lo que debería, no soy tan alto como lo pude haber sido si la desviación no se hubiera presentado y no puedo levantar completamente mi brazo derecho. Como consecuencia, además, no puedo estar de pie mucho tiempo porque me canso y la compensación natural que hizo mi cuerpo para la distribución del peso hace que a veces sienta molestias en la cadera.

Sin embargo no tengo grandes limitaciones y esos detalles físicos son más perceptibles para mi que para el resto del mundo. No crecí deforme ni estoy atado a una silla de ruedas ni tengo mis capacidades limitadas.

Reconozco que tengo suerte.

3. No fui atendido en un Centro de Rehabilitación Teletón (CRIT) sino en la Fundación Shriners, porque cuando yo era niño aún no surgía el Teletón.

Llegamos a ese lugar más bien por un golpe de suerte. Cuando mis papás se dieron cuenta que tenía el problema buscaron a una serie de especialistas, tanto públicos y privados, que ofrecieron igual cantidad de soluciones. Decidieron atenderme en el Shriners por una razón muy sencilla: fue el lugar donde menos invasivo sería mi tratamiento, ya que entre las soluciones ofrecidas estaba operarme para intentar corregir el problema pero había grandes posibilidades de dejarme en silla de ruedas o coartar mi crecimiento y que quedara enano.

Algunos años luego que surgió Teletón la parte de Shriners en México que atendía a niños con capacidades limitadas desapareció y se enfocó al cuidado de pacientes quemados; ellos mismos reconocieron en algún punto que el tamaño del proyecto de Televisa los rebasaría y para evitar duplicar funciones decidieron canalizar sus recursos a otros proyectos.

4. Aunque no hay modo de comprobarlo, es casi seguro que Televisa tiene una agenda doble al promover el Teletón. No sé si es evasión de impuestos o simplemente una campaña para posicionarla como una empresa socialmente responsable.

Como parte de la promoción, la casa productora usa de los peores recursos posibles para hacer que las personas donen, al hacer un chantaje emocional que es abrumador y que muestra las peores condiciones de vida de algunos mexicanos. Esto me molesta de sobremanera.

Que las personas tengan una capacidad diferente no las hace menos dignas.

5. Desde que tengo poder adquisitivo, dono algo al Teletón. La cantidad no importa, a veces tengo más dinero y a veces tengo menos.

En realidad, hasta este momento no sé quién pago el tratamiento que llevé por más de 15 años y nunca antes me lo había cuestionado. Estoy seguro que no fue barato. Durante ese periodo no sólo asistí a consultas con especialistas en el tema, sino que me sacaron radiografías y usé durante cinco años un aparato ortopédico por el cual mi familia no pagó un quinto.

No es que cuando doy al Teletón esté pagando lo que recibí. Más bien creo que estoy ayudando a alguien a recibir una oportunidad similar a la que yo tuve.

6. Si Televisa y Fundación Teletón fueran más transparentes con los recursos ganarían legitimidad en su proyecto. Aunque carezco de evidencia que lo apoye, estoy seguro que parte de los ingresos que hay por donaciones se destinan a los pagos mismos de toda la operación que significa destinar tres días de tiempo de televisora y otros detalles. Y debe haber otros gastos.

Publicar en qué y a qué se destina todo ese dinero que se recibe año con año probablemente mostraría que efectivamente cierta parte de las entradas van a cosas que no son pagar rehabilitaciones pero también demostraría que sí hay un uso real para ese dinero que dona la gente.

Pero sé que eso raya en la ingenuidad de mi parte.

7. Me es incomodo cuando las personas hablan mal del programa Teletón o de cualquier otra causa asistencialista sin tener conocimiento de causa. Y me parece más incongruente aún que señalen que el Teletón está resolviendo un problema que le correspondería a las autoridades atender.

La sociedad necesita dejar de ver al Estado como el solucionador universal de problemas e intentar la construcción de alianzas y estrategias conjuntas entre sociedad civil y gobierno para reparar aquello que no está bien.

Si Fundación Teletón, como iniciativa privada, da escape y solución a una parte del problema de niños con discapacidad, aún con todas sus fallas, qué bueno. Más proyectos así por venir.

8. La caridad no hace justicia pero alivia el alma.

Cuando uno da, sean buenas intenciones, tiempo o dinero, lo debe hacer de corazón y con las mejores intenciones. Incluso a veces, sin cuestionar, teniendo fe en la mejor parte del proyecto.

Donar al Teletón es una manera más de tirar el dinero o de ayudar al prójimo, según los ojos con que se vean.

Como todo lo demás, sin embargo, cada quién es libre de pensar, opinar y destinar sus recursos a donde mejor le parezca.

Yo, sin embargo y con todas las reservas que puedo tener, seguiré aportando a esa causa específica esperando que contribuya a mejorar la vida de alguien más. Porque eso es algo que vi y veo de cerca todos los días.

martes, 15 de noviembre de 2011

Seguro que podría

*Con el perdón de @alternBRUNO por el ligero robo

Podría ser todos tus bosques, tus mares y tus cielos. Podría ser árbol, ola y nube.
Nada más déjame intentarlo.

Por que tú no lo sabes pero yo sería todo eso y lo que se te ocurra, sólo falta que lo pidas y yo lo consigo. Vólteame a ver, te conviene. Y si no, hacemos que te convenga.

Y es que daría lo que fuera por saber a qué saben esos labios y cómo es que aprietan tus brazos y sentir la temperatura exacta de tu piel.

¿Qué necesitas para convencerte? Lo que sea, en serio.
Podría, seguro que podría.

martes, 8 de noviembre de 2011

Te deseo un amor

Te deseo un amor bonito, que te llene de sonrisas y que te alegre el alma.
Que no signifique una carga y que alivie tus momentos de pesar.
En el que puedas confiar y cantar y reir.

Espero que la próxima persona que llegue a tu vida, pronto o tarde, sea todo lo que necesitas y quieres y esperas para que no tengas necesidad de buscar en otros lados lo que sientes no estás obteniendo. También espero que para cuando eso pase, tengas la capacidad de ver y sentir y recibir.

Quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo. Porque a veces lo fuiste y a veces no y por eso espero que en el futuro encuentres con quien encontrarte y no alguien con quien te resistas a hacerlo.

Y no creas que no, también espero que esa nueva persona no tenga fallas y defectos y sea esclavo de tantas manías, para que no caigas en otra rutina impuesta pero que tú mismo aceptas y no seas presa de una jaula de oro a la que tú mismo le pusiste el candado.

Así, que no se rompa tu castillo, que no haya un monstruo escondido detrás de una máscara, que no haya intenciones escondidas tras de premios inservibles. Y sobretodo, que nunca llegue el punto en que veas así las cosas aún cuando distan de serlo.

En resúmen, te deseo que el amor que no pudimos tener.

martes, 1 de noviembre de 2011

Un poema que no rima

Esta poesía no tiene métrica ni ritmo ni rima sus consonantes y vocales al terminar y hasta parece que no tiene sentido ni estructura.
Pero es un poema.

Espero que no te importe que en él hable sobre cómo me gustan tus orejas, porque son ligeras imperfecciones en el resto de tu cara que parece armonizar tan bien. Ni tampoco que cuente cómo es que despierto entre tus brazos y siento que el mundo simplemente está bien.
Pero qué se le hace, si tú eres el tema de mi inspiración.

También te advierto que voy a dedicar a poner unas líneas para decirte qué fortuna es tenerte a mi lado y qué feliz me siento cuando escucho tu voz y que sentir tu cuerpo es como entrar en el país de las maravillas.
Y es que aún con el riesgo que creas que soy cursi y ridículo, si te dedico mi poesía tengo un poco la excusa para serlo.

Es más, si quieres, no digas que esto es un poema.
Di que es una canción o un conjunto de letras que forman palabras o una simple desvariación.
Es, pues, lo que tú quieras siempre y cuando cuando lo leas sientas que te llega al corazón.

Porque esto es entonces un poco como mi amor.
No importa lo que sea mientras sepas que es para ti.

sábado, 12 de febrero de 2011

Recuerdos tirados

Quiero dejar de encontrar recuerdos tirados: espero que todo lo que me recuerda a ti desaparezca y se convierta en nada; echarlo todo a la basura, encerrarlo en un manicomio, enterrarlo en un panteón. Sea aire, semilla, deseo, amor. Sea mi corazón o sea lo que sea, que ya no esté.

Deseo el aire ya no me recuerde tu persona y no extrañar más tu boca; espero mis manos no se estiren para alcanzar tu cuerpo y que mis pensamientos se disuelvan en el mar de las ideas perdidas.

Qué importa que me quede desnudo y que no quede más que mi rostro triste y mi alma lastimada y mis ojos secos. Llévate todo, tíralo, deséchalo.

Ocupo desaparecer todo. Lo bueno, lo malo, lo maravilloso, lo peor. No quiero tener ya la esperanza de que eres el puerto a donde llega mi tranquilidad. Quiero saber que estás en brazos de alguien más y ya no arder en rabia, sabiendo que en los mios no encontraste el paraíso. Pensar que para ti era la salida fácil y la difícil fue la mía y entender que está bien y que así debía ser porque así nos tocaba; que no fue culpa de nadie y que cada quién salió con lo que le correspondía, pero que ya salimos y que eso es lo importante.

No quiero oir tu nombre. No quiero amanecer extrañando tu cuerpo a mi lado. Ya sólo quiero irme al olvido, a ese lugar donde tú me colocaste y permanecer ahi por un largo tiempo.

viernes, 11 de febrero de 2011

El motor del amor

Yo, no sé cómo amarlo.

Creo firmemente que el amor mueve al mundo.

Llámenme romántico perdido, pero realmente lo creo. El amor, en sus múltiples manifestaciones, es lo que hace que las personas se comporten de tal o cual manera. Sea al prójimo, a un objeto material o a la esperanza de lo venidero, es el amor lo que da impulso.

Y es en estos últimos días que me di cuenta que no sé cómo hacerlo.

El amor, como la mayor parte de las cosas sublimes, no es fácil. Muchas veces me he sorprendido de la ligereza con la que las personas se dicen amarse sin medir las consecuencias. También, me asombran las atrocidades que se cometen en su nombre.

Para mí, a pesar de todo lo que creo en él, me es difícil, pongo muchas trabas y muchos obstáculos. No, no sé cómo amar en su totalidad.

Alguna vez pensé que el amor era homogéneo, todo parejo y en partes iguales. Hoy sé que no es cierto. El amor, como la vida, tiene una paleta de tonos y matices que es necesario aprender a apreciar para comprender en su totalidad. Mi manera de amar difiere de la de los demás, pero he llegado a la conclusión que eso es lo que hace del amor lo que es: un reflejo de todos nosotros.

Y no, nunca pensé que llegara a este punto, donde me doy cuenta que me da miedo.

Pensé que si daba amor a alguien más, el amor que alguien más me diera en retorno iba a ser suficiente para subsanar ciertas faltas. Y por eso, hasta el momento, nunca he encontrado quien llegue a darme lo suficiente.

La verdad es esta: nunca he reconocido el amor a mi mismo. Lo vi en todos los demás y lo regalé a manos llenas, pero siempre se concentró en alguien más.

En este momento, sin embargo, es hora de aprender y dejar mis sentimientos volar. Darme todo lo que en otro momento coloqué en alguien más.

El amor, además de motor, es magia; es un acto de fe: creer en aquello que no puedes ver ni comprobar científicamente ni palpar de ninguna manera.

Es momento de ser mágico, de moverme e impulsarme. Es ocasión de amarme.

lunes, 24 de enero de 2011

Un desfile

Te hago un desfile: organizo que paseen mariposas, cintas y listones, animales salvajes, serpentinas y confetti sobre tu cuerpo.

Te doy una palabra mágica, que sea como canción; para que bailes cuando la escuches, para que sientas como si el sol te calentara, por si alguna vez necesitas acordarte de mi cuando estabamos en este momento.

Si te muerdo una oreja no te enojes, es mi manera de decirte que me gustas y que me da alegría que estés conmigo; si me rio sin motivos es más bien de nervios, porque me haces temblar hasta el ombligo y porque no concibo la suerte de tenerte a mi lado; si te tomo de la mano es porque quiero comprobar que eres real y no una ilusión.

Y es que en una de esas, resulta ser que tu cuerpo no es más que una nube que tomó forma en mi imaginación o una alucinación de tanto desearte que seas real y que estés aquí y que entiendas lo que te quiero decir.

Sé que te vas a ir porque luego del día viene la noche y no podemos quedarnos aquí para siempre pero quiero suponer que en una de esas no y te decides y te quedas porque aquí encontraste una casa y un castillo.

Porque yo en tu cara encuentro el cielo, en tu cuerpo encuentro maravillas, en tu risa encuentro una sombrilla y en tus ojos me veo reflejado y pienso que entonces tengo salvación.

Te regalo mi secreto: es esto que te cuento, despacito, en lo que tú y yo que jugamos al amor.

viernes, 21 de enero de 2011

Querido,

Querido Uli,
o Querido Dani,
o Querido como sea que te denomines ahora debido a tus múltiples esquizofrenias,

No te voy a preguntar cómo estás porque sé que aunque no estás mal tampoco estás bien. No estás 100 por ciento bien, pues. Estás pasando por muchas cosas al mismo tiempo y te sientes desubicado. Estás enojado, estás triste, estás lastimado. Dejaste mucho no supiste en qué momento te perdiste a ti mismo.

No te preocupes, sentirte así es normal. A la larga, vas a estar bien. De eso estoy seguro. Encontrarás tu centro y llegarás al equilibrio.

Pero date tiempo, no quieras correr porque lo más probable es que te caigas.
Mejor, aprovecha la oportunidad que se presenta; si el universo no gira hacia donde tú quieres, víralo todo para que así sea.

Haz todo eso que no has hecho, que sabes que es necesario, y que es tiempo de resolver: ordena, termina, construye, planifica. Ya no tienes excusas y lo sabes. Ya no hay mañana qué esperar, ese en el que tanto confiaste que llegaría solo pero que nunca pasó, así que ahora sólo te queda lo que puedes hacer hoy.

Aprende, entiende bien esta nueva lección. Y en aquellas que crees que ya tienes dominadas, mejor cuestiónalas porque estás demasiado seguro de que tu verdad ya es definitiva y a lo mejor, en una de esas, resulta que siempre hay maneras diferentes de hacer lo mismo y estás tan confiado que pierdes el panorama de como es.
Amplia tu visión; recuerda que dentro del azul hay muchos tonos.

Pierde el miedo. Libérate de esos lastres. Tienes toda la capacidad para volar. Lo único que te limita, y que te ha limitado, eres tú. Recupera tus sueños. Deja de oir tanto a los demás y escucha más a tu interior. Si alguien te quiere poner un freno, escucha los argumentos pero no dejes que eso sea suficiente para detenerte.
Empieza a hacer las cosas para ti y por ti.

Encuentra un amor limpio, sano, desinteresado, de admirar. Ya sabes qué quieres y qué no quieres; no te conformes con menos. Quien te quiera, lo habrá de hacer por todo lo que eres y también por lo que no. Y si alguien te dice que no mereces su amor o te condiciona para ello o te dice que lo que le ofreces no le importa, no lo pienses dos veces y huye.
Quiere a los demás pero quiérete más tú.

Recuerda, también, que cada vez hay que querer mejor. No más ni menos. Diferente, quizás.
Pero siempre mejor, siempre quiere mejor.

Cuídate, te estaré viendo de cerca. Sé que vas a salir de esta como lo has hecho de las otras. Pero esta vez, espero lo hagas siendo un mejor humano.

Tuyo,
Conejitocisne.

lunes, 17 de enero de 2011

Górdatelas

El primer día que un pantalón me molestó de la cintura pensé que era una situación temporal, que quizás estaba ligeramente hinchado y que no pasaría de eso. El segundo, decidí ponerme otra cosa y no pensarlo demasiado. Fue hasta que pasaron tres días que caí en la cuenta y decidí aceptar lo que pasaba: mi ropa no me quedaba ya. Los pantalones no me cerraban o si lo hacían era a un grado que me apretaban y me cortaban la circulación.

La verdad, siempre había querido tener el abdomen marcado. Pero cuando pensaba en la idea lo hacía en referencia a marcado de músculos, no marcado por el resorte de la ropa interior y/o la hebilla del cinturón.

Fue momento de enfrentarlo: había engordado como nunca en la vida. Si dijera que no supe cómo pasó estaría mintiendo: mi problema de pantalones se originó en ena intensa inactividad (o sea, estar echado como vaca en casa y/o aplastado como sapo en la oficina) sumada a cenas constantes poco saludables (tipo las quesadillas de la esquina y tecolotes del Samborn's).

Total, una vez que lo acepté tuve que tomar una decisión: cambiar de guardarropa o cambiar de hábitos. Aunque podría parecer que cambiar de talla de pantalón era la solución más sencilla (porque no pasaba de comprar ropa más grande y llevar a ajustar la que ya tengo), en realidad era la más compleja. Para mí, cambiar de talla era un poco aceptar que la huevonería me había vencido.

Además, siempre he temido una cosa: ser más ancho que alto. Y dado que no soy especialmente alto, no creo que sea muy difícil llegar a ese punto.

Así, en vista que no me quedaba otra opción, opté por la dieta más efectiva del mundo: coserme la boca.

Ok, no, no me zurcí los labios pero sí pasó por mi mente en algún punto. Lo que tuve que hacer fue un proceso más complejo, que fue ordenar mis comidas, dejar de comer ciertas porquerías y darme tiempo para hacer ejercicio.

Al momento, creo que está funcionando, porque al menos mi ropa ya me cierra. Yeay, para mi. Supongo lo que sigue es mejorar, lograr tener cuerpo de modelo e irme a NewYork a hacer pasarelas. Se ve facilísimo.

jueves, 13 de enero de 2011

12 meses, 12 horas

"Azótese durísimo y luego vuele como el fenix"
@Tipographo


Así que dejé el blog. Y me tardé un año en regresar. Como bien lo dije, me cambió la vida. Hace un año, días más, días menos, conocí a quien se volvió el foco de mi vida.

Fue mi sol, fue mi luna. Mi casa, mi castillo; mi trueno, mi rayo; mi alegría y también mi tristeza.
Fue mi amor.

Lo quise como sólo se puede hacer una sóla vez en la vida. Ese amor que yo tuve por él no será igual para nadie más. Para él fueron caricias y tiempos y sonrisas que no serán para nadie más. Cuando llegó, yo temblaba; cuando me fui, seguía temblando. Es que me movió el mundo.
Se volvió mi mundo.

Pero tenía que terminar porque los días terminan y los meses cambian y llegan nuevos años. Porque no supimos decidir para dónde volar, porque nuestras súplicas cayeron en oídos sordos, porque la rutina desgastó la retina y porque puedes vivir con amor pero no puedes vivir únicamente de amor.

Si vuelve a llegar, él, el amor, alguien más, será algo más más refinado y con mejor entonación. Sin tantos miedos ni rencores. Será otro amor, pero ya no este amor.

En 12 horas me cambió la vida. Empezó con el gesto de un extraño y acabó con la cortesía de otro. Hay otros horizontes para donde volar. Es cuestión de sacar las alas. En 12 horas no puedo dejar de extrañar ni de sentir todo lo que siento, pero en ese periodo de tiempo sí puedo entender que necesito cambiar de aire.

Así sea.