1. Una idea buena.
Como lo puse en un post pasado, "hay dos personas [o sea, mis dos últimos ex]a las que eliminé de mi agenda, más que nada por no caer en la tentación y llamarles en algún momento de desesperación/ardidez/coraje extremo."; sostengo que esto último es muy sano, porque se evitan muchas cosas como hacer ridículos y molestar a las personas a las que quizá, ya no les interesas.
2. Una idea que no es ni buena ni mala.
Mandarle un correo precisamente a alguien a quien eliminé de mi agenda para evitar caer en lo mismo que digo arriba. Era una carta de sentimientos, de disculpas, de tregua, para dejar ir; porque tanto si la contestan como si no, ya no es mi responsabilidad. Es un tanto una liberación poder decir: te quiero y estoy aquí si me buscas, pero si decides no hacerlo, también lo entiendo.
3. Una idea mala.
La falta de precaución. Mi culpa por no pensar con antelación y no tener a la mano lo necesario. Tache. Pero no me vuelve a pasar.
4. Una idea pésima.
La de mi ex (otro que no es el mismo del punto dos) mandándome un mensaje después de un año diciéndome que estaba super ebrio y que me ama [recontrasic]. Sea cierto o no, cosa que no me cuestiono ni tantito: chale. ¿Después de un año y en un estado etílico considerable? Por eso mismo es que es una pésima idea.
5. Una idea excelente.
Que mi mejor amigo me empujara. Valió la pena completamente. Me la pasé tan bien.
6. Otra idea excelente.
La cascada de reflexiones que surgieron de todo esto que ha pasado últimamente. La vida sigue. No se cerraron puertas, más bien encontré otras. Estoy feliz.
Nota: la foto arriba es del paisaje que contemplaba mientras regresaba a mi casa a las 8am; era una expresión exacta de mi sentir: un camino de color en un paisaje cotidiano.