jueves, 6 de marzo de 2008

Eso tiene un nombre...

...y es ser bien pendejo.

La verdad del asunto es que ya lo sé, tiendo a operar bajo los mismos mecanismos.

Como me gusta pero soy lo suficientemente tonto para no decirlo, intento hacer milagros, obras de caridad y trabajo voluntario para que lo note.

No debería, pero lo hago. Y después de tanto tiempo, no aprendo.

Además, hay una parte aún más complicada; ¿ y cuál es esa? Fácil, que está prohibido por algo que se denomina regla escencial y que no debería de romper.

Pero es que estoy bien pendejo, en serio.

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