Después del último post, donde conté cómo fue que aprobé la materia de informática en la prepa, me quedé pensando en cuántas veces recurrí mi linda cara para pasar una asignatura o conseguir una buena nota.
Eso de mi linda cara es un eufemismo, aclaro. No necesariamente era por cuestiones de lindura que me fuera bien, porque dudo mucho que realmente el que me hayan regalado más de una calificación tuviera que ver con cómo me veía, pero si alguien se pregunta cómo me era yo en la prepa, heme ahí:
¡Estaba yo pero si bien quichito, sin ojeras ni nada! Bueno, el caso es el siguiente. Poco menos de un tercio de mi preparatoria fue un regalo. Procederé a explicar.
Si llevaba 12 materias en el primer año de bachillerato, 12 materias en el segundo y 10 en el tercero, eso significa que cursé 34 materias. Mi promedio final fue de 9 cerrado, pero honestamente, eso se debió a otras circunstancias no necesariamente académicas.
Haré una breve lista de las materias en las que me acuerdo recibí alguna ayuda. Podría checar en mi historial académico si no omití alguna, pero la verdad es que me da flojerita (y no sé dónde está la contraseña).
Dibujo técnico. Teníamos que hacer láminas de dibujos con círculos, rayas y ángulos y blabla. Como soy bien torpe para dibujar pero muy bueno en inglés, hice un trato con quien era mi mejor amigo y yo resolví sus ejercicios del semestre y él hizo mis sketches. Él ahora es arquitecto y habla inglés porque se metió a unos supercursos y yo sigo hablando inglés pero nunca aprendí a dibujar.
Física. En el examen final, le copié a mi amiga
Daniela y pasé; quizá la memoria me traiciona, pero creo que ella tuvo que hacer segunda vuelta. A la fecha, no me explico eso. Por cierto el maestro, a quien llamaban Godínez, no se apellidaba así, ir a saber dónde le zorrajaron el apodo, pero me acuerdo porque se paraban afuera del salón y le gritaban, "Godínez, apestas a calcetines".
Informática. Ya conté
aquí.
Geometría (matemáticas de segundo). El profesor dejaba 70 tareas a lo largo del año, que correspondían al 90% de la calificación y se podían entregar todas juntas hasta el final. Un compañero muy listo las resolvió y nos cobró por pasárnoslas.
Biología. Mi maestra era algo de la dirección y nunca nos daba clase. Al final, nos puso la calificación que se le dió la gana. Este si fue un 10 por nada.
Química. Yo tenía 7 de promedio, porque en el primer trimestre saqué 6, en el segundo 6 y en el tercero 10. Eso sumaba 22 puntos y promediaba 7 pero el amable profesor Lobato dijo que le eché ganas el último semestre y me regaló un puntote para cerrar con 8. Si alguien se pregunta porqué en el último saqué 10, la respuesta es que si no pasabas con 7 te ibas a extraordinario directo y decidí que mejor me ponía a estudiar un rato., patadas de ahogado pues Aprendí a balancear elementos químicos y lo olvidé en cuanto me dieron mi calificación final.
Educación física. Esta es de las peores historias de mi vida. Me fui a extraordinario por no hacer nada todo el año y luego para acreditarlo fui con el que ese entonces era mi médico, le dije que no quería hacer el examen y que por favor me diera un justificante y sale, materia acreditada.
Psicología. Mi maestra era pero si bien rara. Pero bien mucho. No recuerdo mucho de ella, la verdad, mas que tres cosas: 1. Que se parecía al Grinch; 2. Que tenía un mal gusto impresionante para vestir y que siempre parecía que se había caido en el clóset y se ponía lo primero que se le atravesaba; 3. Que me regaló mi calificación.
Cálculo (mate del último año). Cuando estaba en el último año de la prepa gané un concurso para ir a Francia pero había un obstáculo que me impedía irme. La materia de cálculo mercantil. Troné el año. Hice primera vuelta y fracasé. Iba a tronar la segunda, pero eso hubiera significado hacer extra y adiós viaje, así que a medio examen me solté a llorar y la maestra se compadeció de mí y me ayudó. Quiero aclarar que no fue con afán de chantaje, realmente estaba desesperado; después la vida la premió y se casó y tuvo hijitos, lo sé porque vive cerca de mi casa (y digo que la vida la premió porque era fea feísima y seguro encontrar galán fue el regalito que le hizo San Antonio por ayudar al bruto del Conejitocisne).
Y ya. Digo, no quiero que se piense que era yo un baquetón y que pasé la prepa de noche, porque no es cierto, aprendí muy bien historia, geografía y todas esas materias, pero honestamente hubo cosas que nunca aprendí y que si no hubiera sido por algún alma caritativa, seguiría en el bachillerato.
Eso también explica por qué cuando alguien me habla de Linneo, cosentes y tangentes o puntos de fuga, nada más sonrío y pongo cara de "claro que sé de qué me hablas, porque yo lo estudié en la prepa", aunque ni sea cierto.